martes, 27 de abril de 2010

POLEMICA DEL MONUMENTO A LA PILONERA


Nada más enriquecedor para una obra de arte monumental, que cuando ésta produce polémica, ya que indica que no ha pasado desapercibida.

Más hermoso aún, cuando la obra ha sido recibida por toda su gente con amor y entusiasmo.

Es importante también, y hay que aceptarlo con madurez artística, y es lógico cuando en algunas personas les genera todo tipo de comentarios, disgustos, críticas negativas, rabia, envidia y odio de quienes por su majestuosidad, sienten dolor al verla y por lo tanto, no la quieren, causándoles incomodidad al ver su belleza.

Igualmente, esos comentarios negativos, son rechazados por un pueblo agradecido y cuenta con la admiración, elogios, amor y pasión por ella, de miles de personas que la están recibiendo con orgullo y alto sentido de pertenencia al sentirla propia.

Si esa escultura, hizo mover todos los sentimientos del ser humano, significa que el monumento a Consuelo Araujonoguera, la pilonera mayor de Valledupar, es una obra viva y palpitante.

Gracias de verdad les doy a quienes quisieron y pretendieron con sus críticas negativas, causarle daño al monumento; todo lo contrario, puesto que estos comentarios negativos, la engrandecen más y solo le han proporcionado beneficios a la obra.

A las personas que se han pegado al hecho de que he debido haberme empapado mas de las costumbres culturales de las piloneras, para haber logrado una escultura con características en un vestido con determinado movimiento en las manos, para no parecerse a una cumbiambera, etc. están equivocados.

Son comentarios fruto de la ignorancia, en lo que significa la diferencia entre el artesano y el artista.

El artesano desarrolla un trabajo valioso y meritorio, pero siempre cumpliendo la orden y el capricho de quien les está encargando algo.

A diferencia, el artista produce con independencia creativa y originalidad, lo que le nace del alma.
La escultura de Consuelo Araujonoguera, fue un proceso creativo de mi propia iniciativa e inspiración, ya que quise hacer de esta obra, algo fuera de serie, transmitiendo con ella, la vida de alguien que dejó huellas imborrables en su Valledupar, y la hice más imponente regalándole dos metros más de lo acordado, para que fuera mas bella e impactante.

Quise poner la escultura de Consuelo no como la líder, ni como la mujer política, tampoco la ex ministra de cultura que fue, no quise una pose estática, yo quería unir en una obra, lo que ella representaba: Consuelo y Valledupar.
Su personalidad, su imponente figura, con orgullo, representaba a su gente y la vida de Valledupar.
La escultura de Consuelo, no es una “estatua” más, a pesar que este un término es valido, no me gusta, ya que representa rigidez y Consuelo era libre como el viento.

Si ustedes observan, se darán cuenta que la escultura es alegría, música, está bailando sin reglamentos, sin ataduras, ya que ella imponía sus propias reglas y condiciones, ella bailaba con la soltura de su personalidad y no le hace daño ni le afecta al folclor ni a las piloneras si se salen un poco de lo tradicional, levantando algo mas sus manos. Dentro de esta escultura hay cosas muy positivas que si se deben destacar y que la hace única, como son los encajes de su vestido, y con su gran tamaño y peso la hacen la escultura figurativa individual en bronce más grande de Colombia.

Cuando la estaba creando, ella fue quien escogió su vestido, no yo, escogió un vestido de pilonera, solo fui intérprete de sus propios deseos, hablé con ella mientras la modelaba. Consuelo fue mi amiga y mantuvimos una mutua admiración por nuestros trabajos.

Yo hice el vestido de la pilonera como ella quiso que este fuera, solo ella imponía sus reglas y hacía evolucionar las tradiciones que con ataduras estancaron al pueblo en su momento.

Esto es la escultura de Consuelo Araujonoguera, es ella y así es Valledupar, alegre, musical y hospitalaria, de esta forma era como ella quería quedar, así, bailando con alegría, de pie como fue su vida.

Si bien soy guajiro de nacimiento, hoy con la obra que les estoy dejando para la posteridad, el afecto que me ha manifestado su gente y la condecoración que recibí de la alcaldía, me siento de verdad Vallenato de corazón.

Con esta obra que estoy entregando de su figura, Consuelo se siente feliz, de esta forma ella nunca morirá. Ha quedado inmortalizada.

Consuelo ha regresado con sus hermosas trinitarias, alegría en su rostro y con el amplio vestido lleno de encajes que siempre la caracterizó, recibirá a todos sus visitantes con los brazos abiertos, dándoles la bienvenida a su Valledupar del alma.

Consuelo Araujonoguera, representará siempre a las piloneras con orgullo y a todas las lindas mujeres que tiene Valledupar.